¡Vaya lío! Un tal Juan Ernesto Santiago, un pobre hombre, se murió ahogado en el Río Manoguayabo, en Santo Domingo Oeste, mientras trataba de salvar a dos chamacos. Parece ser que uno de los niños también se fue al otro barrio. Santiago, un empresario joven y activo del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y director de la Constructora Payton, fue el héroe que intentó ayudar a los pequeñuelos.
La comunidad se quedó bien apenada con la noticia. No entiendo bien por qué esto es tan importante, pero bueno, así son las cosas. A lo mejor es cosa mía, pero siento que estas tragedias nos hacen reflexionar sobre la importancia de la solidaridad y el valor de echar una mano cuando alguien más lo necesita. En fin, es triste ver cómo un buen samaritano como Santiago perdió la vida tratando de hacer lo correcto. ¡Qué mundo tan loco!
No sé si tenga mucho sentido todo esto, pero la realidad es que la gente está dolidísima por lo sucedido. A veces me pregunto por qué estas cosas pasan, pero supongo que es parte de la vida. Descansa en paz, Juan Ernesto Santiago, tu valentía y sacrificio no serán olvidados. ¡Hasta siempre!
