Trabajo en el campo de Las Parras: una oportunidad de reinserción social

El Centro Correccional Las Parras, también conocido como "la Nueva Victoria", se está preparando pa' recibir en los próximos meses a más de 2,400 internos del nuevo modelo penitenciario dominicano. Y lo va a hacer con una fórmula bien clara: el trabajo como vía pa' la reinserción.
Más de 90 internos del programa Medio Libre, que vienen de los centros correccionales de Monte Plata y San Pedro de Macorís, están participando actualmente en labores de limpieza y adecuación del recinto.
Estos internos están en la etapa final de sus condenas y, bajo supervisión, están colaborando activamente en el acondicionamiento del centro que está ubicado en el municipio San Antonio de Guerra, mientras siguen con su proceso de reconstrucción.
Agricultura y oficios: los pilares del nuevo sistema
Según Roberto Santana, asesor del Poder Ejecutivo en asuntos penitenciarios, los reclusos que entren a Las Parras van a hacer trabajos agrícolas, incluyendo la crianza de gallinas y conejos, como parte de las actividades productivas internas.
También se van a montar huertos escolares en los que los internos van a participar, como parte de una estrategia integral que combina productividad, formación y disciplina.
Participación en la construcción y atención psicológica
Los reclusos no solo van a ser parte del funcionamiento diario del centro, sino también de su desarrollo físico. Muchos de ellos van a estar involucrados en las fases 2 y 3 de construcción del recinto, cuya primera etapa se va a entregar en agosto de este año.
En cuanto a la salud mental, Las Parras va a tener la atención de un equipo multidisciplinario de psicólogos y psiquiatras, con el objetivo de ofrecer acompañamiento emocional y preparación pa' la vida en libertad.
Una solución pa' descongestionar La Victoria
Con capacidad pa' más de 8,000 internos en su etapa final, Las Parras busca convertirse en la principal alternativa pa' descongestionar la sobrepoblada cárcel de La Victoria, cuyo modelo tradicional ha sido ampliamente cuestionado por organismos nacionales e internacionales.