El presidente Donald Trump hizo historia al convertirse en el primer mandatario de los Estados Unidos en asistir a un Super Bowl. El domingo 9 de febrero de 2025, Trump llegó al estadio Caesars Superdome de Nueva Orleans, Luisiana, para presenciar el enfrentamiento entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles en el Super Bowl LIX. Acompañado de su nieto Theodore y su hija Ivanka Trump, el presidente pisó el césped donde se llevaría a cabo el emocionante juego.
Al llegar al estadio desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, faltando poco más de una hora para el inicio del partido, Trump fue recibido con emoción y expectación. Este acontecimiento marcó un hito, siendo la primera vez que un presidente en ejercicio asiste a un Super Bowl en sus 59 ediciones.
Trump, un espectador entusiasta
Durante una entrevista en Fox News emitida el mismo día del evento, Trump expresó su predicción de una victoria para los Chiefs, destacando el desempeño del quarterback Patrick Mahomes. "Cuando un 'quarterback' gana tanto como él ha ganado, tengo que ir con Kansas City," afirmó el presidente. Sin embargo, Trump reconoció la calidad del equipo de los Eagles, anticipando un gran partido.
En una muestra de respeto mutuo, Trump estrechó la mano del tackle defensivo de los Chiefs, Chris Jones, antes del inicio del juego. Esta interacción entre el presidente y los jugadores agregó un toque de camaradería al ambiente previo al Super Bowl. La presencia de Trump en el estadio generó una energía adicional, con los aficionados y los medios de comunicación siguiendo de cerca cada uno de sus movimientos.
Mahomes y la conexión con Trump
A lo largo de la semana, Trump había elogiado públicamente a Mahomes, destacando su habilidad como líder en el campo. En una rueda de prensa en la Casa Blanca, el presidente mencionó a Mahomes como un "ganador sólido", generando expectativas sobre el rendimiento del joven quarterback en el Super Bowl. Ante estas declaraciones, Mahomes respondió con gratitud, reconociendo el apoyo y el respeto mostrado por el presidente hacia su juego.
A pesar de mantenerse al margen de la política, Mahomes ha sido respaldado públicamente por familiares cercanos, como su esposa y su madre, quienes han expresado simpatía por Trump. Esta conexión entre el deporte y la esfera política resalta la influencia que figuras como Mahomes y Trump pueden tener en la sociedad, trascendiendo los límites tradicionales de sus respectivos roles.
En medio de la emoción y la expectación que rodearon la presencia de Trump en el Super Bowl LIX, el presidente demostró su entusiasmo por el deporte y su apoyo a los equipos en competencia. Su asistencia al evento deportivo más grande del año no solo marcó un momento histórico, sino que también resaltó la importancia del deporte como unificador de comunidades y como escenario para la interacción entre figuras públicas y la audiencia. La presencia de Trump en el Super Bowl quedará registrada como un capítulo significativo en la historia de este evento icónico.